Tengo una soledad de ti que sólo reconocen los espejos
En mi religión involuntaria
-apareces-
desnudo ante el ocaso
y siembras siluetas a la prisión que fraguan los días
mientras
un repiquetear alude en praderas marchitas al desenfreno.
No deshabites el plano,
no silencies mi silencio de arenas impostadas ante el horizonte
que puedo medir la huella de quien suspende caminos
para girarse
puedo aguardar al guardián de los goznes
sin olvidar que existes… parte mística en desbandadas de
aparejos desnudos,
veleta agónica de sí y de nosotros
Guarda, guarda la historia tras el cristal
No rescates la memoria de los muertos
Anna Francisca Rodas Iglesias -Tuti
3/11/2011
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