Hora de infinitas ausencias, las del ocaso
Regreso al tiempo que deambula para alimentar las flores
Otra
puerta enciende la ceguera
Leo
el silencio
Arrullo
en soledad los nidos de pájaros aprisionados en la historia
Todo
se hace infinito y no alcanza
Vengo del
instante donde vale una vida
Rescaté a
José de la guerra
hoy José aluza
y escapa de mi sombra para salvarse
Es mi
calle, la calle del árbol que sangra mis raíces
y es la sombra frente al árbol donde muere la calle
y es el árbol frente a mi ventana para extender
pájaros
al interior de mi vientre
y somos calle, sombra, árbol,
y soy una ciudad vacía en esta cárcel de trazos
para habitar la inmensidad de su nombre
No es olvido la ausencia
La obsesión de un pájaro es volar
que se suiciden los poetas
al final solo el poema debe salvarse
© Anna Francisca Rodas Iglesias - Tuti