
Prisionera en el fuego de tus besos
–ebrios- de los míos.
Sumergida en horas eternas
sin tregua
perfilando mareas
sin muros que detengan mi canto.
Rodéame,
¡Hazme viento,
hiedra!
deja que desvista mi cordura
que me haga follaje y luna en la atmósfera de tus espacios.
Mi nombre
ahora tuyo
agonía que muerden tus labios.
ahora tuyo
agonía que muerden tus labios.
Desbocada
el universo no alcanza
…me hago surcos,
me conviertes en semillas
y del racimo las uvas
y del mosto
-tu boca-
…me destilas
¡Ah!, elixir maduro
mientras el tiempo te graba en mis pupilas.
La tempestad arrecia
gravito en tus libros
en tus estancias,
me convierto en emisaria de los silencios
lluvia de estrellas
vaivén en perfecta sincronía
de gaviotas merodeando tus playas.
Y me abrazas…me abrazas
y yo, muero,
muero por fundirme en tu silueta de sombras,
muero,
muero, si no vienes a este amor que desborda.
…me destilas
¡Ah!, elixir maduro
mientras el tiempo te graba en mis pupilas.
La tempestad arrecia
gravito en tus libros
en tus estancias,
me convierto en emisaria de los silencios
lluvia de estrellas
vaivén en perfecta sincronía
de gaviotas merodeando tus playas.
Y me abrazas…me abrazas
y yo, muero,
muero por fundirme en tu silueta de sombras,
muero,
muero, si no vienes a este amor que desborda.
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Anna Francisca Rodas Iglesias
(Tuti)
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® Registrados derechos de autor
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