martes, 28 de febrero de 2012

¡Libertad!, a propósito de ambiguos


Al lado una ceiba, un remolino
vaso de huellas
círculo a las sienes que centauran
las lunas de mi vientre.

Qué, de las noches salmodiadas
bajo ropajes que vendan el largo de sus piernas,
desnuda oscuridad que niega el verbo
lejos de proclamas.

Profeta en cuentas del desierto
legítima la elocuencia diáfana que observa,
proscribe redenciones
faz en dos caras
Napalm en gritos de acentos que incendian.

Predicas la gloria mientras laceran antorchas
escenario de estirpes.
Ave de presea en siembra,
fado liberto que reaviva,
un galope levanta el camino,
espanta la memoria del instante

… Ya no giran las norias

Guardo el faro en la sombra del asombro
Bereber errante de las certidumbres
sobrevivo señales ante el quinqué de los miedos.

Clama la percusión, nativo canto en los corceles del hambre.
Calan los harapos cientos de bocinas,
viaje ajeno, gobernalle a la deriva
en esta estación todos me esperan.

Hay un inventario escrito con miserias.
No cubre la línea invisible el pájaro del cielo
ni las galeras que violaron sed bajo el agua
la saeta de domingo en labios de amnesia.

¡Me miran tantos al pliegue en las fauces!

prometen alejar hienas hambrientas mientras un rito
marca el sello en la carne.

Incongruente desfile.
Irrumpan la existencia un tambor
un canto en las manos para despertar la ciudad insolente;
enciendan huesos
bajo la tempestad al árbol que exhala aleluyas
vacías de mortajas.

No basta enfrentar imprecisos ante la censura.
Hieren los cercos
semeja la bienaventuranza,
germina con la cálida inocencia
del niño que arrastra su triciclo y guarda su canto.
Pez extraviado del agobio
nunca hay tierra prometida donde transitan los opuestos,
allende el mar reclame sus caracolas
enemigo del ruido
del insolente que las lleva en obsecuencia al escenario.

Ahora
penden preámbulos y desvaríos
brota la náusea del ayer, del mañana,
insiste el verbo canicular en la intemperie

debemos seguir remando - en mi nombre -
más allá de las sombras
donde la fuente, es testigo y calla.

¡Libertad!, cuántas veces me resguardo
del desierto de los hombres

¡Libertad!,
qué desnuda viste la esperanza
cuando los faros… no alumbran

Anna Francisca Rodas Iglesias
(Tuti)
2011
Poema publicado en el libro Poetas en el equinoccio
© Copyright
® Registrados derechos de autor


5 comentarios:

Joseba Ayensa dijo...

el ángel cabalga
sobre el unicornio de cornamenta plateada
mientras las cebras espantan al murciélago chupador de sangre.
Aurora llorosa de gotas de sangre.
Libertad de alma femenina.
La libertad femenina no dá alaridos...
simplemente susurra el instante.


Poema escrito "A vuela ordenador" la mañana de año bisiesto del 29 de Febrero del 2.012, como regalo a la gran y sensible poetisa Tuti.
-Joseba Ayensa (poeta-cantor.)-

Manuel Torres Rojas dijo...

¡Un abrazo fraterno de parte de un hombre con un espíritu afín al tuyo!

TRILCE dijo...

Intenso, profético, místico, metafísico y atrapador, propio de un lenguaje limpio y de canones literarios de olimpo. salud en tu monte poético!!! abrazos.

Anónimo dijo...

Anna Francisca, su sensibilidad traspasa barreras de tiempo para nombrar todo aquello que ha coartado tantas libertades. Cada vuelta por su blog me ratifica poesía, la verdadera poesía que se sostiene por su propio peso. La felicito. La admiro profundamente.

Alexander

Anna Francisca Rodas Iglesias dijo...

Joseba, reciba mi infinito agradecimiento por su generosa palabra que es abrazo y aliento.

Manuel, usted sabe que valoro su visita y que le admiro profundamente.

Trilce, usted me deja sin palabras ante tanto cariño y su forma de valorar mis escritos. Muchas pero muchas gracias y sea siempre bienvenido.

Anónimo Alexander,espero no defraudar cada paso suyo por esta página abierta. Gracias desde mi tinta y mi alma.