sábado, 27 de marzo de 2010

De los dictadores


                 De los dictadores

Olvidan marcas sobre árboles
abren ríos que crucifican vientres
                  -pesada carga-
hasta el ático último en los naufragios.

 Qué noche larga carente de adioses,
qué noche fría revolotea incienso de habanos su ruta de miseria
sabor a sangre, a palabras rotas que aúllan los perros.

Nunca pesó tanto la lluvia en su agónico silencio de cielos gastados.


                Nada es para siempre...



Anna Francisca Rodas Iglesias
(Tuti)
10/03/2010
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6 comentarios:

Samuel Rego dijo...

Nada es para siempre... aunque algunos males se repiten una y otra vez haciendose eternos.

Es delicioso volver a leerte.
Un beso

Calvared dijo...

Nada es para siempre, pero quedan las raíces y brotan una y otra vez.
La maldad repta arrastrando su panza viscosa y envuelve en su baba toda la inocencia.
Un beso

ANRAFERA dijo...

...pero siempre queda algo¡ Felicitaciones Tuti. Me gustan mucho tus escritos y las ilustraciones que le acompañan son estupendas. Saludos cordiales

Anónimo dijo...

"Nada es para siempre..."

Ni la nada misma,
ni siquiera su palabra
o la letra que le hablara…
Ay del agónico silencio.

Bravo, Tuti... Bravo por tu pluma.

Un gran abrazo.

Anónimo dijo...

Surcos de dolor, rabia e impotencia, ante el poder del mal ignorante de sentimientos y compasión.
Preciosa entrada.
Saludos.

MyM dijo...

Hermoso poema en toda su profundidad agònica, estimada Tuti.

Un abrazo Poetisa.