Hoy presento con una cantidad de sentimientos encontrados a OBSIDIANNA, mi primer libro de poemas que se ha hecho realidad; muy pronto estaré haciendo el lanzamiento oficial en la ciudad que resido (Medellín-Colombia).
Para todos ustedes esta primicia de lo que un día fue un sueño y hoy, hoy es parte de un legado que quedará en la memoria.
A continuación dejo para todos ustedes el prólogo que tan generosamente me regaló un poeta amigo de admirar en los tiempos:
Decía Borges que a cada escritor, le cabe una identificación según su obra.
Si pensamos en Cervantes, el Quijote, pensar en Goethe es pensar en el Fausto; en Quevedo la palabra es lo intrínseco, en Lope es la forma; así los recordamos por su legado intemporal. En Lorca la trasgresión y el sentimiento, en Darío el ritmo, en Neruda los sonidos, los timbres.
Con Rodas Iglesias, asistimos a una aurora esplendorosa, donde lo intrínseco, es la metáfora amorosa.
En todos sus versos, el velo cubre y el amor es una constante y franca expresión al compás de su latido.
Tiene además su poesía, la virtud de mostrarla como un ser vulnerable, que invita a su protección, en contrapuesta paradoja con la firmeza y seguridad de su pensamiento.
Como la exacerbación de la femineidad, su pluma nos muestra ambas facetas, por un lado la insobornable personalidad basada en sólidos principios de libertad y respeto que se manifiestan en su valiente lucha contra las injusticias y todo tipo de tiranías (poemas y otros escritos que hemos tenido oportunidad de leer fuera de la presente obra) y por otro, la fragilidad y una extrema sensibilidad que se refleja en cada verso al expresar el dolor, tanto propio como ajeno, que envuelve al lector provocando en él una inmediata admiración e identificación con el destinatario de sus poemas, a la que es imposible sustraerse.
Dije asistimos a una aurora esplendorosa, porque se inicia con este despertar, una nueva etapa en la Poesía de América y en un estilo totalmente nuevo, no convencional, al leer cada verso nos atrapa su misterio, el pudoroso hermetismo, la amorosa mirada que penetra los sentidos, el compartir la manta y la copa, la mano que se extiende y el abrir la ventana al alma amiga.
Es patente la lucha en búsqueda de su identidad, su destino y el dominio de sí misma, jaqueada por factores externos e internos, que enriquece esa metáfora permanente, sin convencionalismos y en lenguaje nuevo que por momentos se eleva muy por encima del resto en refinada expresión donde la fogosa capacidad de amor y la ausencia están en pugna, constituyendo quizás la razón principal de esa vulnerabilidad que percibimos.
El haber sido elegido para llevar a la pila su primer ejemplar de poemas, me llena de orgullo y agradecimiento, por saber que nos encontramos ante un hecho trascendente en las letras de Colombia y del habla castellana.
El distinguido nombre de Anna Francisca Rodas Iglesias, engalana de palabras y sonidos la presentación de este libro, pero ella es Tuti, para siempre y para nosotros.
Eduardo León de la Barra
Poeta Argentino