martes, 27 de marzo de 2012

Habitante entre sombras






Infinita la sed
Pero aún así me entrego a la soledad del desierto

Uno tendría que arrestar el tiempo
gritar: ¡Amor!,  ¡Patria!,
cerrar surcos como costuras
sin salvedad de quien porte el hostil silencio.

Nada detiene la estación de las lluvias
si acaso el asombro de un renglón pausado descifrando el acertijo, fiel a la locura de nombrar el desarraigo.
Inútil no volver a ser gatos tras la niebla,
hacer del beso un disparo
instar
creer
nombrar,
surcar cortinas que dobleguen los instantes
regresar al patio y reconocer las cenizas

¿Quién dijo salvaguardar nuestra memoria?… ¿quién?

Allí la estadística es sinrazón,
noche  aciaga prematura ante el olvido

hoy, hoy vengo de tantas muertes
y
no
me
reconozco
 
© Anna Francisca Rodas Iglesias  -  Tuti

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Anna Francisca lloré esta madrugada al leerla, lloré ante tanta sensibilidad traspasando los tiempos donde usted se me revela. Amo a la poeta, amo a la mujer que escribe con el alma y el corazón y daría la vida por conocerla personalmente.

Enmanuel

aapayés dijo...

Un magnifico poema como sabes hacerlo amiga.



Leerte siempre es un placer.....

Un abrazo
Saludos Fraternos..

Que disfrutes el fin de semana...
Que disfrutes de las vacaciones..

Anna Francisca Rodas Iglesias dijo...

Anónimo Enmanuel, usted hizo humedecer mis ojos. Gracias por regalarme el cariño en su comentario ante lo hallado. Un abrazo.

Adolfo, muchísimas gracias por ser tan fiel a la página y mi admiración por su arte. Abrazos y feliz pascua.